La misión de María a la luz de las escrituras
¿Quién era María?
María, nombre que viene del hebreo Maryam, fue la mujer en la que el altísimo posó su mirada para cumplir la misión profética más importante de la historia para mujer alguna: llevar en su seno al futuro Mesías y Salvador de la humanidad, Jesús, el Hijo de Dios. Profecía que todo judío conocía. La Esperanza mesiánica.
¿Que conocemos de María antes del ministerio público de Jesús?
En realidad, muy poco, de los veintisiete escritos del Nuevo Testamento solo dos nos ofrecen algunos datos de ella. En resumen, se nos muestra una mujer piadosa judía, aferrada a la esperanza mesiánica, cumplidora de las leyes de purificación y de fiestas, nunca se exaltó a ella misma, más bien reconoció a su salvador y señaló su propia bajeza: Entonces María dijo:
Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. Lucas 1:46-48. (Bienaventurada quiere decir: dichosa, feliz).
¿Cuál fue la misión de María?
El ángel Gabriel le revela la misión que le encomienda El Señor a María: Lc 1:31: “Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS”
La misión se resume así: concebir, dar a luz y llamar a un hijo Jesús (Yeshua) que será: Grande – Llamado Hijo del Altísimo – Rey sobre el trono de David y la casa de Jacob (Israel) para siempre – Llamado Hijo de Dios.
¿Qué vio Dios en María que la escogió para tan importante misión?
Las escrituras nos dan la respuesta, fue su FE, ella creyó la palabra que el ángel habló, por esto vemos en Lucas 1: 45 lo que su prima Elisabeth le declara: “Bienaventurada la que creyó…”
Más adelante el mismo Lucas registra un hecho que confirma esto. Lucas 11:27-28 Jesús corrige a la mujer para mostrarle que lo realmente importante es quien cree en la Palabra y la obedece después de oírla. Por eso es bienaventurada María, no por sus lazos familiares con Jesús, sino por el hecho de que creyó la palabra de Dios y LA OBEDECIÓ.
María y su pregunta lógica: ¿Cómo será esto?
María no pregunta mucho por los detalles, no le pide al ángel una sugerencia de como contarle tamaña noticia a su prometido y familiares, tampoco habla de las consecuencias por quebrantar la ley del compromiso, ella fue al grano, e hizo la pregunta más lógica para tal situación. María específicamente quería saber sobre la manera en que esto acontecerá en ella. “Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? Pues no conozco varón” (v.34) El ángel respondió: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá será llamado Hijo de Dios”.
En la historia de Israel ya había sucedido un hecho similar:
“Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Dios llenó el tabernáculo” (Ex 40:34).
El tabernáculo no tenía la presencia de Dios, aunque ya estaba completamente construido con todos los utensilios dentro y hasta la misma arca del pacto también, así mismo María como tabernáculo (todos somos templos. 1Cor 6:19), ya estaba hecha y tenía fe, pero la presencia de Dios aún no la llenaba. Note que el ángel le dice a futuro que el Espíritu Santo la cubrirá, no como un hecho cumplido sino a cumplir. Ambos son hechos de dos pactos.
El tabernáculo era señal que Dios había hecho pacto con Israel y Él sería su Dios y ellos su pueblo; y Jesús nacido de María sería el pacto renovado de Dios con su pueblo. Ezequiel 34: 23-25. María a través de su fe acepto y creyó este milagroso evento. No cabe duda de la extraordinaria personalidad de María.
He aquí la esclava del Señor
Entonces María dijo: —Yo soy esclava del Señor; que Dios haga conmigo como me has dicho. Con esto, el ángel se fue. Lucas 1:38DHH
En el capítulo anterior vemos con gran asombro la respuesta directa de María a la misión que Dios le ha encomendado, su humildad y obediencia es absoluta. Como bien sabemos el esclavo es aquel que está a la orden de su amo, donde su único fin es cumplir con lo que su amo le indique.
Esa es la posición que adoptó María, ante la anunciación del ángel. María reconoce que en esa misión ella no es más que una esclava (sierva como lo dice algunas traducciones) que cumple la voluntad del Señor, no reclama privilegios, ni pretende ser más o igual al bendito fruto de su vientre. Es humilde y sumisa a Dios.
“Dios vio de antemano en María, la humildad con la cual creería y obedecería a una misión extraordinaria.”
La fe no es de nosotros, sino don de Dios (Ef 2:8).
María creyó en la Palabra de Dios; en la Profecía mesiánica la esperanza para Israel.
¿Está usted dispuesto a seguir la voluntad de Cristo en su vida, sin oponerse? ¿Es usted suficientemente humilde y para ser esclavo de Cristo?