Es fácil sentir que no hay esperanza cuando enfrentamos desafíos. Ya sea en tu negocio, tu matrimonio, o tu vida personal, pareciera normal que la fe y la esperanza se debiliten. El enemigo puede robarte estas dos cosas sin que te des cuenta.
La historia de Lázaro nos enseña que Dios puede obrar milagros incluso cuando todo parece perdido. Cuando Jesús llegó, Lázaro ya llevaba cuatro días muerto y la gente había perdido la esperanza. Pero Jesús, el “dueño de la resurrección y la vida” (Juan 11:25), lo resucitó, demostrando que su poder es innegable.

En medio de una crisis, a menudo olvidamos quién es Dios y que Él es:
Jehová-Rafa: El que sana (Éxodo 15:26).
Jehová-Jireh: El que provee (Génesis 22:14).
El-Roi: El Dios que me ve (Génesis 16:13).
No permitas que las circunstancias te roben lo que te pertenece. Arrebátale al enemigo la fe y la esperanza que te robó. Recupera la certeza de que para Dios no hay nada imposible (Lucas 1:37)