Nuestras acciones hablan más fuerte que nuestras palabras. Podemos hablarles del amor de Dios, pero si no demostramos amor y paciencia en nuestro hogar, el mensaje se diluye. Podemos enseñarles sobre el perdón, pero si guardamos rencor o no sabemos perdonar, nuestro ejemplo contradice nuestras enseñanzas. Mostrarles cómo tratamos a los demás con respeto y compasión, cómo servimos a nuestra comunidad y cómo priorizamos el tiempo para la oración y la lectura de la Biblia, son lecciones prácticas e inolvidables.

También es crucial mostrarles nuestra propia relación con Dios. Que vean nuestra dependencia de Él, nuestro agradecimiento por sus bendiciones y nuestra búsqueda constante de crecimiento espiritual. Compartir nuestras luchas y cómo la fe nos sostiene les enseña que la vida cristiana es un camino de aprendizaje continuo.
En última instancia, el ejemplo que les damos a nuestros hijos como padres cristianos debe reflejar el carácter de Cristo: amor, humildad, servicio, paciencia y perdón. Al esforzarnos por vivir de esta manera, no solo les enseñamos sobre Jesús, sino que los invitamos a caminar junto a nosotros en ese mismo camino de fe. Que nuestras vidas sean un testimonio vivo del poder transformador del Evangelio para nuestros hijos.
Nuestras acciones hablan más fuerte que nuestras palabras

Deuteronomio 6:6-7: “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.” (Este pasaje enfatiza la enseñanza constante en la vida cotidiana.)
2 Timoteo 3:10-11: “Pero tú has seguido de cerca mi doctrina, conducta, propósito, fe, paciencia, amor, perseverancia, persecuciones, padecimientos, lo que me sobrevino en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor.” (Timoteo aprendió del ejemplo de Pablo, tanto en sus enseñanzas como en su vida.
Filipenses 4:9: “Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto practicad; y el Dios de paz estará con vosotros.”
Filipenses 4:9: “Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto practicad; y el Dios de paz estará con vosotros.” (Pablo anima a seguir su ejemplo, basado en su vida en Cristo.)
Autor: Diana Carreno