La ansiedad es impredecible. Un minuto estás bien. Y al siguiente, estás teniendo una ráfaga de debilitante caos emocional y mental.
Es por esto que debemos asociar nuestras respuestas físicas con verdades espirituales que nos ayudan a cambiar el enfoque. Nuestra mente tiene que encontrar descanso. La Biblia nos ayuda a recalibrar y a calmar nuestros corazones.
Si nuestra mente no encuentra descanso con el tiempo fácilmente podemos caer en la depresión, nerviosismo y hasta la locura. Por eso es que vemos personas que son de doble ánimo y son inconstantes en todo lo que hacen. Su mente está tan atiborrada de todo pensamiento que al final no saben para donde van, y tampoco tiene un plan de vida.
“Realmente no tienen un plan en su vida”, no saben lo que quieren, creyéndose espirituales, operan con el corazón.
¿Qué hacer entonces para combatir la ansiedad?
Primero, tenemos que armarnos con la Escritura, para permanecer en el estado de ánimo correcto, para que cuando el ataque llegue, estemos listos para luchar.
No debemos dejar que el temor y la ansiedad controle nuestro pensamiento, hay cosas que están fuera de nuestro control, y el no poder manejarlas nos hacen perder el enfoque, por eso la Biblia nos dice: dejen sus cargas en las manos Jesús , pues el cuida de ustedes.
Ve a Dios por medio de Su Palabra. Deja que él tome tus pensamientos y sane la ansiedad que hay en tu alma, que se asienta bajo la superficie. Entrégale a Él tu miedo. Confía en Él para liberarte.