Después de la gran victoria espiritual del profeta Elías, que enfrenta a 450 profetas de Baal sin temor alguno, quién ora a YHVH para que descienda fuego del cielo y queme el sacrificio después de burlarse de ellos, y de ver como el fuego de parte de Elohim desciende del cielo y consume hasta las piedras, este profeta degüella a los 450 falsos profetas, pero ante las amenazas de la malvada Jezabel, teme por su propia vida y sale huyendo de ella. En el camino de huida entra en una profunda depresión y pide al Altísimo que le quite la vida (1 Reyes 19:4).
¿Cómo es que este extraordinario hombre de fe es capaz de desafiar a 450 falsos profetas, pero se amedrenta ante las amenazas de una mujer y aun desea perder la vida?
Este acontecimiento pone en evidencia que el arrojo y la valentía del profeta no eran otra cosa sino, el arrojo y la valentía de YHVH en él, mientras que Elías por si mismo era tan frágil y limitado como cualquiera de nosotros. La misma escritura dice que Elías era un “hombre sujeto a pasiones (limitaciones) como las nuestras” (Sant. 5:17-18), pero también dice que este hombre oró con tanto fervor para que no lloviera, que durante 3 años y medio no cayó una sola gota de agua en Israel.
Elías era un hombre de oración y de biblia y esto causaba que fuera tan valeroso y arrojado como pocos lo han sido. Pero su fragilidad como ser humano quedo en evidencia en el evento con Jezabel. Yeshua en el evangelio lo resume cuando dice: “separados de mi nada podéis hacer” (Juan 15;5). El (Yeshua) es el que en nosotros produce “el querer como el hacer por su buena voluntad (Fil. 2:13).
En nosotros habita la plenitud de la deidad y estamos completos en Él (Col 2:9-10).
Él necesita de nosotros: más búsqueda, mas entrega, más dependencia, más obediencia. En esa medida no solo experimentaremos el arrojo y la valentía de Elías, sino que seremos más optimistas, más sabios, más prudentes y en resumen más gozosos.
Este es el cumplimiento de la promesa de Yeshua en Juan 10:10b: “yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”. Podremos anticipar un poco las condiciones del cielo aquí en la tierra.