Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. Isaias 53:10-11
El Siervo sufriente que leemos en el libro de Isaías, anticipó que, tras el sacrificio de su vida, el siervo viviría por largos días (Isaías 53:10-11), es decir, regresaría a la vida. Esta conclusión esperanzadora contrastaba con el sufrimiento previo, donde un hombre fiel era malinterpretado y rechazado por su propio pueblo. Sin embargo, tras la crucifixión de Jesús, parecía que todo había terminado. Los líderes religiosos judíos se sintieron aliviados, Pilato experimentó una mezcla de frustración y alivio, y los discípulos se sumieron en la desesperanza (Lucas 24:21). Temerosos, se escondieron, y solo algunas mujeres acudieron a la sepultura (Lucas 21:55-56; Marcos 15:47; Mateo 27:61-66).
Durante el sábado, el cuerpo de Jesús reposó en una tumba nueva. Al amanecer del domingo, María Magdalena y otras mujeres encontraron la tumba vacía (Marcos 16:1-2; Lucas 24:1; Juan 20:1). Pedro y el discípulo amado corrieron a comprobarlo. Al ver los lienzos y el sudario aparte, el discípulo comprendió que las palabras de Jesús sobre su resurrección se habían cumplido (Juan 20:7-9). Pedro quedó atónito (Lucas 24:12).
En las siguientes horas, María Magdalena (Marcos 16:9-11; Juan 20:11-18), las otras mujeres (Mateo 28:8-10), y dos discípulos en el camino a Emaús (Lucas 24:13-32; Marcos 16:12-13) experimentaron apariciones de Jesús resucitado. Luego, Pedro (Lucas 24:34; 1 Corintios 15:5) y los Once (Juan 20:19-25; Lucas 24:36-43; Marcos 16:14) también lo vieron. Pablo, años después, resumió estos eventos (1 Corintios 15:1-9).
Estos encuentros transformaron a los discípulos. Convencidos del cumplimiento de las Escrituras, reconocieron a Jesús como el Mesías-Siervo (Isaías 52:13-53:12), el Mesías de paz (Zacarías 9:9), el vendido por treinta monedas de plata (Zacarías 11:12-13), y el traspasado (Zacarías 12:10).
Además, confirmaron la veracidad de su mensaje sobre el Reino de Dios (Mateo 13; Lucas 14, 18). Experimentaron el perdón y la restauración ofrecidos por Jesús (Mateo 26:28; Jeremías 31:31-32). Finalmente, creyeron en su regreso para consumar el Reino, siguiendo la tradición judía del Mesías que se oculta y regresa (Mateo 13:36-43, 47-50; Mateo 16:27; Marcos 8:38; Lucas 9:26).
Esta fe transformó su entendimiento de la historia de Israel y la promesa de redención para todas las naciones.
Continuara…
Fuentes: Resumen de artículos de Cesar Vidal, libros: Pablo el Judío de Tarso (Cesar Vidal), Mas que un judío (Cesar Vidal,)Biblia reina Valera, Got Questions.
